Arte poéticaMirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.
Arte PoéticaOlhar o rio feito de tempo e água
e recordar que o tempo é outro rio,
saber que nos perdemos como o rio
e que os rostos passam como a água.
Sentir que a vigília é outro sonho
que sonha no sonhar e que a morte
que teme a nossa carne é essa mesma morte
de cada noite, e que se chama sonho.
Ver no dia ou no ano um símbolo
dos dias do homem e dos seus anos,
converter a afronta dos anos
numa música, num rumor e num símbolo,
ver na morte o sonho, no acaso¹
uma triste riqueza, assim é a poesia
também imortal e pobre. A poesia
regressa como a aurora e o acaso¹.
Às vezes em certas tardes um rosto
observa-nos desde o fundo de um espelho,
a arte deve ser como esse espelho
que nos revela o nosso próprio rosto.
Contam que Ulisses, farto de maravilhas,
chorou de amor ao avistar Ítaca
verde e humilde. A arte é essa Ítaca
de um verde eterno, e não de maravilhas.
Também é como o rio interminável
que passa e fica e é cristal de um mesmo
Heráclito inconstante, que é ele mesmo
e é outro, como o rio interminável.
Jorge Luis Borges - El Hacedor
¹ acho que o tradutor trocou "ocaso" por "acaso"